sábado, 4 de abril de 2015

VIDEO EXPLICATIVO DEL PREPARADO DE JUGO DE ALOE,MIEL,LIMON Y AGUARDIENTE PARA LA CURA DE MUCHAS ENFERMEDADES DEL PADRE ROMANO ZAGO.





CUANDO NUESTRA SALUD ESTA DETERIORADA Y LA ENFERMEDAD INSTALADA,SERIA BUENO DEPURAR EL CUERPO,COMER SANO Y PROBAR CURAS NATURALES COMO ESTA ,LA CUAL ES SABIDO YA QUE HA CURADO MILES DE PERSONAS,PONIENDO FE Y CONSTANCIA LO PODEMOS LOGRAR.!!
(NO RECOMENDAMOS NUNCA DEJAR DE IR AL MEDICO O SUSPENDER TRATAMIENTOS MEDICOS )

¡¡¡¡¡¡¡GRACIAS POR PASAR A VISITARME Y SUERTE CON TU CURA NATURAL!!!!!




                                                            EL MILAGRO DEL ALOE


RECETA DEL PADRE FRANCISCANO ROMANO ZAGO QUIEN SE CURO Y LUEGO CURO A MUCHOS ENFERMOS EN SU COMUNIDAD ,DE ENFERMEDADES COMO EL CANCER ,CON EL ALOE.

¿Quién es el Padre Romano Zago?
Romano Zago, de ascendencia italiana, nace el 11 de abril del 1932 en Brasil, en el actual municipio de Progreso. Con sólo once años entra en el seminario Seráfico "San Francisco" de Taquari donde termina sus estudios. Se hace novicio en el 1952. Estudia Filosofía en Daltro Filho y Teología en Divinípolis, en el Mato Grosso. Se ordena como sacerdote en la Orden de los Frailes Menores y muy pronto recibe el nombramiento como profesor en el seminario de Taquari donde había iniciado sus estudios. En el 1971 consigue también el título de licenciado en Letras y enseña Francés, Español, Portugués y Latín en diversos centros pertenecientes a su Orden. En 1991 es enviado a Israel, donde continúa su labor de enseñanza a los jóvenes.

Actualmente vive y trabaja en Brasil, a donde regresó al término de su misión en Tierra Santa.


Padre Romano Zago
Una bebida "extraordinaria" 
Es en Israel donde el Padre Romano realiza su descubrimiento. El Aloe vera, o Sábila, muy abundante en la región, es la "materia prima" en la que concentra su atención en los momentos de ocio. "Ya conocía la planta - declarará después el religioso - En Brasil, mi madre nos la daba siempre como lenitivo, cuando de niños nos heríamos mientras jugábamos o para tantos otros pequeños percances relacionados con daños físicos. Pero entonces no creía que una planta tan menuda y difundida pudiese tener un poder curativo tan grande".

Mezclando el jugo que se obtiene al batir las hojas de la planta con simple miel de abejas y aguardiente, se consigue un compuesto con unas propiedades curativas extraordinarias. Sus primeros "pacientes", a quienes el Padre Romano da algunas dosis de la solución, son sus conciudadanos cristianos, hebreos, y musulmanes, indistintamente.

La investigación del Padre Romano Zago se publica en la conocida revista "Tierra Santa" y en otras importantes publicaciones especializadas. Así comienza la notoriedad para el monje franciscano y su elixir de larga vida. A su regreso a Brasil en 1995, el Padre Romano Zago divulga ulteriormente su fórmula, y empieza a dedicarse de forma continua a sus experimentaciones y al cuidado de los enfermos más graves y desesperados. Convencido por las numerosas curaciones asombrosas, recoge su experiencia en el libro “O cancer tem cura” (“Di cancro si può guarire” - “Es posible sanar del cáncer”) edición italiana Adle ediziones, Padua), en el cual el Padre Romano expone con sencillez y claridad la práctica de la cura de la “enfermedad del siglo” a través de su bebida extraída del Aloe. “Si algunos se han curado valiéndose de este método simple y económico, ¿por qué non darles la misma oportunidad a más personas? Este es mi único objetivo”, explica en su libro el Padre Romano Zago.

En el volumen, entre otros capítulos dedicados a explicar la fuerza del preparado, respondiendo también con precisión a algunas de las preguntas más comunes que pueden surgir frente a las posibilidades revolucionarias del producto, destaca el capítulo “Internacionalización de la fórmula”. En él se explica que la bebida a base de Aloe ha recibido poco a poco gran acogida en muchos países, adquiriendo dignidad de tratamiento completo contra graves enfermedades, y se recogen numerosísimos testimonios de personas completamente curadas gracias a la ingestión de este líquido.

En 1998, el Padre Romano Zago autorizó a una industria brasileña a producir en su nombre el compuesto a base de Aloe. Y fue entonces cuando comenzó la historia del “Aloe vera del Padre Romano Zago” , bebida elaborada conforme a la fórmula original, y comercializada en muchos países.

En él mismo año se creó la Fundación "Fray Romano Zago", que además de ocuparse en tareas humanitarias de ayuda a personas con dificultades y de solidariedad en general, realiza una intensa actividad de difusión e investigación de las ventajas y de las propiedades curativas de los productos naturales, entre lo que el Aloe ocupa, obviamente, un lugar de primer plano.
Cómo descubre la fórmula
“Honestamente no pretendo ser considerado como el creador o el inventor del método, ni mucho menos presentarme como el pionero, o sea, como el primero que ha aplicado esta fórmula con éxito. Eso no se correspondería con la realidad. Otros, mucho antes que yo, deberían atribuirse legítimamente ese derecho”. (“Di cancro si può guarire” - “Es posible sanar del cáncer” ediciones Adle, Padua, pag. 5).

Con estas palabras, el Padre Romano Zago quiere resaltar el hecho de haber sido el principal difusor, aunque no el inventor de la fórmula. En realidad, él la ha recogido de la sabiduría popular, de la gente de las chabolas con quien él trabajaba y de las enseñanzas de otros padres franciscanos, como el padre Arno Reckzigel, que fue Padre provincial durante su estancia en Rio Grande do Sul.

El mérito del Padre Romano Zago, este humilde pero incansable fraile franciscano, es el de haber perseguido, con gran determinación y constancia, la divulgación de la solución a base de aloe, que él perfeccionó, primero a través de la suministración directa a la infinidad de personas que acudían a él en busca de obtener al menos una esperanza de curación en el momento difícil de la “enfermedad del siglo”, para ellas mismas o para sus familiares; y posteriormente con diversas publicaciones que han dado notoriedad a la fórmula del Aloe vera del Padre Romano Zago incluso en Occidente, entre las cuales “O cancer tem cura”, el libro editado en Italia por Ediciones Adle de Padua con el título “Di cancro si può guarire” (“Es posible sanar del cáncer”) .
La justificación de los ingredientes
El éxito especial de la fórmula se debe a sus tres ingredientes: principalmente, el aloe, además de la miel y el aguardiente. ¿Por qué se han elegido la miel y el aguardiente (o coñac, o brandy) para acompañar las propiedades del aloe? “La explicación es simple” dirá el propio Padre Romano. Y efectivamente es así. La miel, siempre que se trate de miel de abeja, natural y no (demasiado) tratada, tiene la propiedad de transportar, de conducir, las sustancias curativas contenidas en el jugo del aloe hasta los receptores más remotos de nuestro organismo, consintiéndole ejercitar su acción benéfica.

Por su parte, el aguardiente efectúa una acción de vasodilatación, es decir, ensancha los vasos sanguíneos facilitando la depuración general del organismo. La sangre puede así purificarse, eliminando las sustancias patógenas. Por lo demás, el organismo humano no podría absorber íntegramente el líquido viscoso y rico de propiedades, la aloína - que mana de la planta de aloe cuando se le practica una incisión - sin disolverlo en un destilado.

Preparación y suministración - las reacciones de nuestro organismo

Esta es la fórmula definitiva del Aloe vera del Padre Romano Zago.
Ingredientes:
Medio kilo de miel de abeja (miel biológica de acacia)
40-50 ml (unas 6 cucharadas) de destilado (aguardiente, coñac, whisky, etc.)
350/400 gramos de hojas de Aloe vera /Aloe Arborescens.
¿Cómo se prepara?La respuesta nos la da el propio Padre Zago: “Se eliminan las espinas de los bordes de las hojas y el polvo depositado en ellas, utilizando un trapo seco o una esponja. Después se cortan a trozos las hojas (sin quitar la corteza) y se meten en la batidora junto a la miel y al destilado elegido. Se bate bien y el preparado está listo para su consumo. No hay que filtrarlo, ni cocerlo, sino sólo conservarlo con cuidado en el frigorífico dentro de un envase oscuro, bien cerrado”.
Las dosis que aconseja el Padre prevén la ingestión de una cucharada sopera media hora antes de cada una de las tres comidas principales. Se debe agitar bien el producto antes del uso. Una vez terminado el primer frasco, se recomienda someterse a una visita médica para comprobar el estado de la enfermedad. Según sea el parecer del facultativo, después de una pausa de varios días, se puede repetir el ciclo del tratamiento, hasta la eliminación del mal.
Debe utilizarse una planta madura de aloe, es decir de al menos cuatro años, y es importante que la miel sea también de óptima cualidad y sobre todo natural, precisamente a causa de su carácter de “portadora” de las sustancias benéficas contenidas en el aloe.
Por lo que se refiere a las reacciones que la suministración del aloe puede causar, el Padre Romano Zago advierte que no deben asustarnos. En efecto, suponen la expulsión, la liberación completa de las sustancias impuras por parte de nuestro organismo, y sobre todo, cuando se producen, tienen una duración limitada, de uno a tres días como máximo.
Por tanto, la persona que toma la bebida a base de aloe puede experimentar erupciones cutáneas, o diarrea o en los casos más acentuados, conatos de vómito: pero, según el Padre Romano, ello indica que se va por el buen camino, y que los esfuerzos realizados comienzan a dar sus frutos. Todos pueden emplear este preparado , aunque se desaconseja su uso a las embarazadas, por su particular condición.
Modo de uso.
Tomar una cucharada sopera 20 ó 30 minutos antes de las tres comidas principales (en caso de no poderlo tomar a la hora del almuerzo: dosis doble con la cena). Niños: suministrar una cucharada de té, pero en cualquier caso, dosificar según la edad.
Después del primer frasco suspender la toma durante dos o tres días, comenzar uno nuevo y, bajo control médico, repetir las pruebas para comprobar si se ha producido una mejoría. Si la hubo, continuar su suministración ininterrumpida duplicando la dosis hasta la completa curación.
Precauciones de uso.
No es aconsejable su uso por mujeres embarazadas o durante la lactancia, niños pequeños, personas a quienes se haya efectuado un transplante, que estén realizando diálisis, o que tengan un sistema inmunitario hiperactivo.
Dieta Recomendada: Dieta Vegetariana

Especialmente en el caso de las patologías más graves no se debe suspender el tratamiento, ni siquiera después de la curación , sino reducirlo del siguiente modo:

- durante el primer año: un frasco al mes
- durante el segundo año: un frasco cada tres meses
- a partir del tercer año: dos frascos en primavera y dos en otoño.

Fragmento del libro: “Di cancro si può guarire” (“Es posible sanar del cáncer”) del P. Romano Zago (págs. 55 y ss.):
“… Me han informado que algunas personas que han tomado el preparado han tenido las siguientes reacciones: Ningún cambio o reacción.

En la piel a través de los poros: prurito in todo el cuerpo, forúnculos, abscesos, erupción cutánea parecida a la de la varicela; ampollas, incluso en la palma de las manos o debajo de los pies. A través de las heces: heces con olor más fuerte de lo habitual, trastornos intestinales, diarrea; flatulencia (gas hediondo). A través de la orina: micciones más frecuentes, orina más oscura - casi marrón; orina semejante a sangre mezclada con agua.

Otros fenómenos: vómito, dolores generalizados, no siempre localizados, sobre todo en el abdomen.

Quisiera insistir en que tales indisposiciones o fastidios duran uno, dos, tres, máximo cuatro días, y son seguidos siempre de una sensación de bienestar y buena disposición para todo, como en un estado de convalecencia. Es importante la actitud con la que se afrontan estas molestias: no se debería suspender la cura.

Debes estar convencido de que vas por buen camino, o sea, que las toxinas han encontrado la válvula de escape, se han marchado. Has encontrado el camino de la curación. Ahora sólo debes insistir, continuar. Suspender la cura sería como echar a perder todo. …”
Efectos benéficos para:

Acidez de estómago, Lupus, Acné persistente, Enfermedad de Parkinson, Ayuda para el asma, Normalización del colesterol, Refuerzo sexual para varones mayores de cuarenta años, Pequeñas lesiones del cuero cabelludo, Mal aliento, Pie de atleta, Rojeces cutáneas, Pólipos intestinales, Artritis, Pólipos uterinos, Callosidades, Próstata, Calvicie, Psoriasis, Cabellos más suaves, Regulación de la tensión, Expectoraciones, Reumatismos, Problemas digestivos, Sinusitis, Conjuntivitis, Estimulación del apetito, Epilepsia, Estreñimiento, Caspa, Úlcera, Forúnculos en la piel, Úlceras de la retina, Hongos, Úlceras varicosas, Gastritis, Uñas quebradizas.

Fuente: aloedipadreromanozago